Agustín Martínez: «Me atrae la formación y creo que transmito mi pasión por la albañilería»

Orgulloso de su oficio, el albañil de nuestra escuela destaca que la bioconstrucción tiene que tener en cuenta el cuidado de las personas, el respeto máximo del entorno y la búsqueda de la belleza. También subraya que considerar la construcción como una industria, dejar de lado la orientación, el diseño, el buen urbanismo y pensar solo en los beneficios industriales no es sostenible.

  • Agus, no es muy habitual que alguien que se dedique a la construcción quiera hacerlo de forma sostenible, ¿qué te llevó a este mundo de la construcción natural?

Pues puede que fuera la curiosidad, pero también yo me había criado en un ambiente rural, y estuve desde niño muy en contacto con la tierra, ya que nuestra familia vivía del campo y la ganadería.

Empecé a trabajar con unos albañiles de mi pueblo, no tenía gran interés en ese oficio, pero yo quería aprender un oficio, y este me gusto desde el principio, era variado, creativo, no te aburrias, aunque trabajábamos 50 horas semanales, era duro, pero yo era joven y acostumbrado al trabajo.

Estuve con ellos unos 8 años, y me puse por mi cuenta junto a mi hermano en el año 99, hacíamos trabajos convencionales y trabajábamos materiales también convencionales, pero todo cambio en una visita a mi amigo Félix en un pueblo de Zamora, había usado cal para pintar las paredes de su casa de piedra y el color y textura de aquellos muros me sedujo y se quedó en mi retina.

La casualidad quiso que la cal me llegara de la mano de Paco Azconegui y Mónica Martín a través de un taller en Ávila de morteros de cal en el año 2003, ese mismo año repetí con ellos en Gasteiz, y ya sabes una cosa lleva a la otra…

  • ¿Qué técnicas tradicionales te atrajeron en un primer momento? ¿Por qué?

La cal y sus inmensas posibilidades, me atrajo mucho, y comencé a investigar, a leer sobre el tema y a poner en práctica lo que aprendía, la herramienta ya la manejaba, era cuestión de conocer el material, que es increíble y  de gran bondad y empezamos enseguida a recomendarla a los clientes, y como teníamos muchos trabajos de rehabilitación en el pueblo, pues, comenzamos a aplicar la cal en fachadas e interiores, con resultados bastante dignos, pero reconozco después de muchos metros de revocos de cal, que nunca dejas de aprender y que ningún trabajo es igual al anterior.

  • ¿De quién o quiénes aprendiste y dónde?

Los primeros fueron, como he dicho, Paco y Mónica coautores de la Guía práctica de la cal y el estuco, libro imprescindible para iniciarte en las artes de la cal.

Pero me di cuenta que en mi propio pueblo, Alberite, y en Logroño había magníficos trabajos de estucos en fachadas y portales y me puse a buscar a alguno de sus artesanos que aún quedaban, y encontré a unos cuantos, que se prestaron a enseñarme muchos de sus trucos, y fueron muy pacientes, pese a mí a veces, obstinada insistencia.

En concreto encontré a dos Enriques: Enrique Herreros, que nos enseñó un montón de cosas y nos ayudó en momentos difíciles y del que estaré eternamente agradecido, y Enrique Sáenz, un albañil con toda una vida de oficio, un sabio y dispuesto a compartir. Y también he aprendido otras técnicas con buenos maestros en cursos y talleres, pero sin profundizar, como cantería, tapia o madera, que me han servido para conocimientos muy básicos, pero que en mi trabajo diario me han ayudado.

  • ¿Cuáles serían para ti los conceptos básicos de la bioconstrucción?

Creo que la base es la construcción tradicional, pero ha incorporado técnicas de otros lugares del mundo, como un mundo globalizado en el que vivimos y alternativas que en la construcción tradicional no existían, como el uso de materiales reciclados y novedosos, o la introducción de nuevas tecnologías para mecanizar los elementos constructivos, incluso las propias técnicas.

Pero la bioconstrucción tiene que tener en cuenta tres elementos básicos:

* el cuidado de las personas que habitan esas construcciones, el uso de materiales naturales garantiza ese confort;

* el respeto máximo del entorno, de la tierra que es la casa de todos, el mínimo impacto sobre el pedazo de tierra que construyamos, y uso eficiente de los materiales;

* y la búsqueda de la belleza, el buen hacer, la honestidad y el compartir conocimientos, y, en conclusión, construir una sociedad mejor.

  • ¿Qué tipos de materiales se utilizan? Danos algunos ejemplos y explícanos, por favor, en qué se diferencian de los materiales convencionales.

En la tierra a la que pertenezco, la tierra, la piedra y la madera sobre todo de chopo, el ladrillo y la teja cocidas de muy alta calidad (artesanales), la caña en forma de cañizos para revestir de yeso o tierra, la cal por supuesto, aunque aquí es más común el yeso de una calidad extraordinaria.

Ahora hemos incorporado la paja y me parece una genialidad, me encanta trabajar con este material y se consiguen casas estupendas.

Los materiales “convencionales” son derivaciones inevitables de los tradicionales, el problema que veo yo es considerar la construcción como una industria y dejar de lado los elementos básicos de los que hemos hablado en la pregunta anterior. Y dejar de lado la orientación, el diseño, el buen urbanismo y pensar solo en los beneficios industriales.

  • Formas parte de la Red de Maestros de la Construcción Tradicional, ¿cuáles son los requisitos para ingresar?

Una amiga me propuso, se pusieron en contacto conmigo, me pidieron un currículum y fotos de mis trabajos con materiales y técnicas tradicionales, y me admitieron; y estoy muy orgulloso, para mi es como un reconocimiento a tu trabajo, que no suele haber muchos, y te da una visibilidad importante, además de pertenecer a un grupo de personas que, como tú, aman lo que hacen y están en constante aprendizaje.

  • Conoces varias técnicas, concretamente, ¿cuáles manejas e impartes?

Creo que no soy experto en nada concreto, me gusta mucho el oficio de albañil, y soy albañil, empiezo las casas por la cimentación y sigo con lo demás hasta los últimos acabados. También me atrae la formación, y creo que transmito mi pasión por la albañilería, pero a mi manera. He hecho algunos talleres de revocos de cal y de construcción con tierra, pero lo que me apasiona es seguir creando y aprendiendo sobre el terreno, en la obra.

  • ¿Crees que es posible compaginar la labor de constructor ‘convencional’ con la sostenibilidad?

La construcción “convencional” no es sostenible, ha sido causante directa o indirectamente de gran parte de las emisiones de CO2, derrochando recursos naturales y convirtiendo lugares bellos en lugares feos e invivibles.

Pero todos somos o hemos sido partícipes de ese desdén, en una u otra medida, es difícil cambiar y ser capaces de vivir más frugalmente y darnos cuenta que el único camino que nos queda es el decrecimiento.

A Rikki la conocí en 2007, en Sorzano, vino a hacer un taller y construir una pequeña casita de paja en el Molino, yo era uno de los alumnos. Después coincidimos alguna que otra vez, pero hace unos pocos años, creo que en el 19 se volvió para Logroño y andaba buscando un lugar donde desarrollar sus talleres y le ofrecimos una finca, y ahí empezó nuestra amistad y colaboración.

A Myriam me la presentó un amigo común, y conectamos bien, volvió a su tierra de origen y como estamos en la misma onda, no tardamos mucho en colaborar, emprendimos algún proyecto que por causas ajenas no llegó a surgir, pero es una persona con que da gusto trabajar y de la que se puede aprender mucho.

  • ¿Cuándo surgió la idea de crear la Escuela-taller Cobijo Natural? 

Bueno en la finca familiar ya no se podían seguir haciendo los talleres de Rikki, yo andaba el año pasado pasando por un momento difícil, necesitaba un cambio, o mi salud se quebraba, y como tenemos, mi hermano y yo un almacén que usamos para nuestra actividad, pensé que podría ser un lugar bueno para hacer talleres y se lo propuse a Rikki. Le gustó la idea y enseguida pensé en Myriam para que se uniera y todo fue muy “fácil”. Además, yo ya había intentado en un par de ocasiones hacer algo así en mi pueblo, tenía un proyecto para una escuela taller, pero no se pudo materializar.

  • ¿Por qué en Alberite?

Porque tenemos el lugar para hacerlo posible.

  • La idea es extender la semilla de la bioconstrucción entre profesionales de la construcción y autoconstructores en el norte de España…

Sí, es una de las ideas, además de darla a conocer a cualquiera que sienta curiosidad, desde técnicos de la construcción a amantes de las artes en general, pues no solo se enseña a construir, también a realizar obras de arte.

Atraer alumnos siempre es difícil, y más cuando apenas estamos comenzando; lo bueno sería llegar a las administraciones y que como lo es en otras comunidades pudiera formar parte de la formación profesional.

  • ¿La construcción respetuosa con el medio natural es posible en todo tipo de edificaciones, climas y terrenos?

Sí, se puede ser respetuoso en cualquier lugar solo hay que fijarse en cómo lo hacían los de antes, y los materiales que usaban, porque pueden cambiar de unos climas a otros.

  • ¿Cómo se integra el diseño arquitectónico con los principios de la bioconstrucción?

Ya hay muchos arquitectos que se han sumado a la construcción sostenible, y es vital que lo hagan muchos más, porque son precisamente ellos quien tienen el poder de cambiar las cosas, y quienes pueden convencer a quienes gobiernan de que la construcción solo puede ser de una manera y esa manera es: amable con personas y con el medio que nos rodea.

  • ¿Qué beneficios ambientales y personales se obtienen al utilizar técnicas de bioconstrucción?

Son muchos los beneficios, primero el uso de materiales poco procesados, locales o cercanos, supone un ahorro en gasto energético y de transporte muy significativo. Y si hay ahorro energético, menos contaminación por el transporte etc. los beneficios personales son inherentes. También, al final del ciclo de vida de los materiales y de los edificios, supondrá más o menos residuos si se hace de una manera u otra.

  •  ¿Cómo resumirías sus ventajas?

Fácil acceso, poca transformación de los materiales, menor emisión de CO2, ahorro energético, poca toxicidad en su manipulación y en su vida como material constructivo, belleza inigualable…

  • ¿Y sus desafíos?

Creo que el desafío es recuperar la dignidad del oficio de la albañilería.

  • ¿Hay algún proyecto del que te sientes especialmente orgulloso?

Ninguno en concreto, de toda una vida de trabajo honesto, con sus altibajos, de eso es de lo que estoy orgulloso, y ahora a sacar adelante la escuela Cobijo Natural y seguir.

  • ¿Cómo visualizas el futuro de la construcción natural?

Creo que tiene futuro, de hecho, es el único camino de la construcción.

  • ¿Qué le dirías a alguien que quiere acercarse o iniciarse en la bioconstrucción?

Pues le animaría, aunque es vocacional y todavía incipiente en nuestro entorno. A la larga estoy seguro de que le permitirá ganarse bien la vida.

  • ¿Algo más que quieras decir desde aquí?

Solo desear salud para todas las personas que se dedican a la construcción natural: albañiles, aprendices, carpinteros, estuquistas, canteros, choceros, empedradores, caleros yeseros, cañiceros, tapiadores, tejeros…